Alguna vez os he explicado la importancia que le damos en mi escuela al Mindfulness. La relajación y la atención plena es la base de una buena predisposición mental a la hora de aprender. Es por eso que hoy os quiero enseñar una manualidad que nos servirá a la hora de relajarnos y calmarnos en cualquier momento que nos sea necesario, hablo en primera persona del plural porque no sólo los niñ@s pueden usar el bote de la calma, los adultos sufrimos mucho estrés y tener a a mano este recurso nos puede ayudar a sentirnos mejor en algún momento del día.
El material es el siguiente:
Un bote o botella de plástico (uso de plástico por si se cae)
Agua caliente
Gomina
Colorante (opcional)
Purpurinas de colores
La forma de hacerlo os la muestra Astrid en el siguiente vídeo, os recomiendo no poner tanto colorante porque Astrid se ha pasado un poco, jajaja.
Ya sabéis, a partir de ahora si estáis nerviosos poneros música relajante, agitad el bote y relajaros mientras lo miráis, de verdad que funciona.
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